Día 13 - 27 Nov
Desolado paisaje de carros y de cables
Ver La Paz - Córdoba en un mapa
¡¡Nos vemos en Córdoba!!
Día 12- 26 Nov
Desolado paisaje de carros y de cables
Recorriendo La Paz uno se da cuenta que complicado es que este país consiga un desarrollo económico positivo en las próximas décadas. Uno se pregunta cómo es posible que funcione la ciudad, y quizás no funciona.
Los paceños hacen su vida en la calle; allí trabajan y allí comen. La ciudad está repleta de puestecitos callejeros que te venden de todo, desde un enchufe hasta bisutería pasando por comida. No creo que merezca la pena montar un supermercado en La Paz, porque ya hay de todo en las calles. Los limpiabotas se cubren el cuerpo entero con pasamontañas, gorras y guantes, tal vez evitando los rayos del sol y la polución de los tubos de escape.
Nuestro primer objetivo del día era comprar los billetes del tren que une Oruro con la ciudad fronteriza de Villazón. Para ello nos dirijimos a la Boletería de los trenes del Estado donde se venden los boletos. Para nuestra sorpresa se encontraba en una puerta cualquiera de la calle, sin ninguna identificación, así que nos costó encontrarla. Por fin entramos y sin que nos sorprendiese ya, nos dijeron que allí no se vendían esos billetes, que teníamos que ir a la estación central de Oruro. En fin, paseo en valde. Pero no hay mal que por bien no venga, ya que un mirador de la ciudad se encuentra cerca de la boletería, así que allí fuimos.
De regreso al centro de la ciudad, nos acordamos de un texto de Joaquín Sabina que nos recordaba un poco a aquella ciudad. Cambiando algunas palabras, el texto dice:
Como quien viaja a lomos de una yegua sombría
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Los tubos de escape vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocre se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser primavera,
cruza por mi mirada el tráfico interminable,
la ciudad donde duermo no es ninguna pradera,
desolado paisaje de gentes y de cables...
De camino al museo etnográfico nos paramos a cambiar divisas en la calle. Después de regatear brevemente, la señora nos hizo un precio aceptable: 8,75 bolivianos cada euro.
Pero cuando estábamos haciendo el cambio, notamos un juego de manos extraño por parte de la señora, y al contar los billetes de nuevo nos dimos cuenta que nos faltaban 50 bolivianos. Por suerte nuestros euros estaban todavía en nuestros bolsillos, así que al decirle que faltaba dinero, la señora quiso hacernos ver que estaba bien, hasta que nos dijo : "Todavía no me habéis dado los euros. Váyanse no más"
En fin, que hay que estar muy atentos a cualquier movimiento extraño aquí en La Paz, si no te toman por estúpido.
Por la tarde volvimos al museo etnográfico, pues nos quedaban cosas por ver. Allí aprendimos un poco más sobre el pasado, vida y costumbres de estas gentes. Y después nos adentramos en el enjambre que es esta ciudad, paseando por su avenida principal.
Y a descansar temprano, pues nos queda un largo recorrido hasta nuestro próximo destino: Córdoba.
Hasta entonces no tendremos acceso a Internet, así que estaremos incomunicados por varios días.
Aquí os dejamos nuestro itinerario previsto, para que os hagáis una idea de por donde vamos. Y si queréis m´s información sobre fechas y horarios sólo tenéis que clicar en cada icono (bus/tren)
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Día 12- 26 Nov
Nuestra Señora de La Paz, capital boliviana
El lunes 26 nos levantamos en Copacabana con tiempo para ir a desayunar, y con el tiempo justo pagamos, pero como es costumbre aquí nunca tienen cambio. A esa hora de la mañana el camarero no encontraba nadie que le cambie y estábamos con la hora justa. Se las arregló para conseguir el cambio, y fuimos a canjear otra vez nuestro pasaje previamente pagado a la "agencia de viajes" que nos esperaba 15 minutos antes que salga el bus a La Paz. Pero... para no variar, la oficina estaba cerrada. Así que sin preocuparnos ya, fuimos al chófer del bus y le explicamos, en ese momento llegó la chica que nos vendió el pasaje 24 horas antes a comprar nuestros pasajes.
En fin, nos vamos acostumbrando a cómo funcionan las cosas por aquí. A pesar de todo, recomendamos a todos los que deseen pisar Sudamérica a su paso por Bolivia, un país que pone a prueba tu intuición, tu paciencia, tus nervios. tu confianza, tu picardía, tu credulidad, porque ¡claro! no vamos a ser nosotros los únicos pringados que pasen por estas circunstancias ¿no? :)
Para llegar a la capital desde Copacabana hay 3 horas y media de viaje, de los cuales 45 minutos son en lancha y el resto en autobús.
Y por fin llegamos a la capial de país más alta del mundo (3650 msnm). La Paz se nos presentó con unas vistas que nos dejaron boquiabiertos. Un enjambre de viviendas, edificios, construidos en una cuenca y rodeada de colinas infestadas de viviendas ruinosas.
Y después de encontrar nuestro alojamiento, visitamos un poquito los alrededores. Aunque principalmente dedicamos el día a descansar.
Días 10 y 11 - 24 y 25 Nov
Copacabana, lagoTiticaca.
Copacabana es una ciudad ubicada en la frontera entre Perú y Bolivia, del lado boliviano, casi en el medio del lago Titicaca (lago navegable más alto del mundo con 3812 msnm ). Es una cuidad bastante fresca por las noches, pequeña y dedicada casi exclusivamente al turismo.
Es pintoresca pero la atención al turista deja mucho que desear, el cuidado del lago tampoco es un punto a destacar. Perdonen queridos amigos lectores si me pongo un poco crítica en esta parte pero se acumularon unas cuantas cosas que me hicieron llegar a la conclusión de que te toman el pelo.
Nos tocó un hotel donde la limpieza brillaba por su ausencia, un restaurante de precio medio donde tardaron una hora para servirnos una pizza y un plato de pasta, y la cerveza no estaba fría, un bar donde desayunamos un café frío, una lugareña que nos dijo la hora equivocada (para cambiar nuestro reloj ya que veníamos de otro huso horario) con la consecuencia de haber perdido un tour en barco por tener el reloj dos horas atrasado.
Pero también hubo ratos buenos. En una caminata a orillas del lago nos encontramos con unos chicos argentinos (rosarino y porteños) que estaban pernoctando en la zona aledaña a la ciudad en su furgoneta, equipada con todo lo necesario. Se dedicaban a fabricar y vender incienso perfumado y así se ganaban la vida y viajaban desde hace 2 años) Intercambiamos ideas y opiniones acerca de viajes, modos de vida, costumbres e impresiones, un rato muy agradable.
Más tarde tomamos una excursión a la Isla del Sol, después de una hora y media en barco por el Titicaca llegamos (pagamos una tasa por pisar el suelo) e intentamos visitar sus ruinas, pero para nuestra sorpresa se tardaba una hora y media en llegar a las ruinas más cercanas y el barco nos esperaba para volver en una hora. Así que terminamos un poco hartos de que esté todo hecho adrede para que hagas todo como ellos quieren (quieren que duermas una noche en la isla). Para más inri viene un boliviano en la isla a pedirnos una colaboración: necesitaban gente para ayudarlos a empujar un barco pesado y reclutaban turistas que a pesar de pagar por pisar el suelo, pagar por ir al baño, pagar por tomar fotos a una alpaca, etc. ayudaban con toda su buena voluntad.
Lo mejor del día fue la vuelta desde la isla del Sol a Copacabana, pues se nos sentaron a nuestro lado en el bote 3 niños bolivianos y nos pasamos la hora y media de regreso jugando y gastando bromas con ellos, mientras el resto de la embarcación se divertía viéndonos disfrutar de los niños.
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