Noruega



Aquella mañana nos despertamos con el paisaje cubierto de nieve, así que decidimos tomarnos el día libre e irnos a pasear por el bosque. La idea era cruzar el río por un puente que Ángel conocía a 15 minutos de la cabaña, a partir de entonces el camino se nos hacía desconocido para los dos.

Y efectivamente encontramos el puente y al cruzarlo decidimos celebrarlo fabricando un muñeco de nieve, con su gorro incluido.

Fue curioso como en aquel paseo que duró unas 3 horas descubrimos muchas cosas por el camino; cabañas de trabajadores abandonadas, un parque de juego construido en madera en mitad del bosque, las huellas sobre la nieve de lo que probablemente fuese un zorro... Pero lo más curioso fue cuando decidimos dejar el camino y adentrarnos en el bosque. A lo pocos metros descubrimos que alguien estaba construyendo una cabaña en lo alto de los árboles. De momento tenían el suelo y la escalera que te llevaba a él, y claro, no perdimos la oportunidad de subirnos y tomar algunas fotos desde allí.

Luego el camino se bifurcaba y en cada bifurcación aparecían más bifurcaciones. Al principio seguíamos las pisadas de alguien que había madrugado más que nosotros, pero luego fuimos tomando el camino que el sentido común nos fue indicando para alcanzar la carretera y empezar el regreso a casa.

En el camino de vuelta pasamos por el colegio del pueblo, construido en 1952 (Magne nos contó que él inauguró el colegio en su primer año escolarizado) Allí no pudimos resistir la tentación de probar una tirolina que habían construido para que se divirtiesen los niños.

De allí a la cabaña, a comer y descansar. Pero justo cuando estábamos preparando la comida vino Magne y nos invitó a visitar con su coche unos cuantos pueblos de los alrededores. Así que esa misma tarde nos pusimos en marcha.

¡Ah! ¿Qué quien es Magne? Bueno, algún día os lo contaremos y os enseñaremos una foto de quien se está convirtiendo en nuestro ídolo personal :)









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En este país escandinavo, donde se come reno, donde los precios sobrepasan cualquier precio de cualquier país europeo, pero los sueldos también, donde domina el gris y que curiosamente por la latitud que tiene llega a tener días de hasta 24 horas de luz y días de hasta 24 horas sin luz, comenzamos a pasear por Oslo, la capital.

Sin alejarnos del centro llegamos a donde pasaríamos nuestra primer noche, en un barrio residencial cerca de las embajadas y de los jardines del Palacio Real.  Allí nos esperaba Kjersti que a pesar de su nacionalidad noruega nos recibió con dos cálidos besos, en lugar de darnos la mano como acostumbran ellos, y cocinamos una tortilla española.  Luego de cenar, tomar vino, café y chocolate con ella y cuatro personas más, dormimos aquella noche para levantarnos en un día frío de otoño y coger el autobús en el que nos dirigiríamos hacia Hagafoss.  En el camino pudimos admirar los paisajes rodeados por montañas, el lago que refleja todo casi como un espejo, los árboles en sus tonalidades más otoñales, verdes y amarillos, y después de unas cuatro horas de viaje por fin llegamos a Hovet donde pasaríamos de diez a doce días en una cabaña junto a un río, alejados de casi todo.
La gente aquí es muy amable, hablan inglés fluido como segunda lengua, sea cual sea la edad que tengan y saben que para los que venimos de fuera acá es todo muy caro. Aunque hablando de política siempre nos quejemos de nuestros gobiernos, me llama la atención que los noruegos también lo hagan, puesto que gracias a su gobiernos al país le va tan bien.
Nos contaron una cosa curiosa respecto de la temperatura del invierno, y debo aclarar que en esta fecha, Octubre ronda de día los 0º y de noche puede bajar a unos 7º C negativos.  Pues nos contaron que aquí en Hovet hubo cuatro inviernos que la temperatura llegó a rondar los 40º C negativos.  Pero aquí las cabañas, que son las construcciones más típicas, y que han tenido auge en los últimos 20 o 30 años están muy bien construidas. Como dijo Magne, el dueño de la cabaña donde nos alojamos, respondiendo a una afirmación de Ángel de que el frío aquí es un problema, "no, el frío para nosotros no es un problema".  Evidentemente, el problema sería nuestro si hiciera este frío en nuestras españolas latitudes, pero para los noruegos no lo es!





Finalmente en Noruega.

2 comentarios:

  1. bellisimo, colores impresionantes...saludos entrrianos a ti Liza y a tu Angel

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  2. ¿A qué se debe ese buen nivel de vida de los Noruegos? Al petróleo, a los árboles, al salmón, a la grasa de ballena, exportan nieve...; en España también hubo renos, se retiró el indlandsis, y todos pa noruega, que aquí empezó a pegar "El Manolo". Besets.

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