DÍA 1 - 15 Nov
A Lima aterrizamos con una hora de retraso y desde que salimos del aeropuerto ya nos dimos cuenta de como sería la ciudad de Lima. Nuestra primera "atracción turística" consistió en conseguir un taxi hasta el centro de la ciudad. Primero regatear el precio y segundo sobrevivir al tráfico de Lima. Después de que el taxi nos hiciera bajar en una gasolinera, porque iba a repostar gas, nos sumergimos en el panal de abejas que consiste la ciudad de Lima. Desde allí cogimos otro taxi hasta donde vive nuestro amigo Roberto, un barrio residencial al este de la ciudad.
Roberto es un tipo agradable, culto y se dedica a impartir clases de teatro. Nos recibió con una sonrisa y mucha amabilidad.
Tiene la casa decorada con muy buen gusto y, lo que más nos gustó, una mesa con escaños convertible en cama.
Aquel día no dio para más, estábamos muy cansados de las 25 horas de viaje y del jet lag, así que nos fuimos derechos a dormir... mañana sería otro día.
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