viernes, 23 de noviembre de 2012

Machu Pichu, santuario sagrado


Día 7 - 21 Nov
Aproximándonos a las ruinas


*Para ver el recorrido en el mapa haced click aquí

Contentos comenzamos nuestro viaje  con destino a Aguas Calientes, que es el pueblo de Machu Picchu.  Nuestra idea era hacer una ruta alternativa que costase menos dinero hasta llegar al pueblo, ya que el precio del tren nos pareció exagerado. 
Fuimos hasta la Terminal Terrestre de autobús de Cusco donde nos recibieron a los gritos unas cuantas mujeres con ánimo de vendernos pasajes hacia Santa María, nuestro primer destino, un pueblo en mitad de la nada.
Una vez montados en el bus (que tardó más de 5 horas) reconocimos a otros 3 turistas que iban de pasajeros entre un bus lleno de gente local.  Así que cuando bajamos en Santa María nos juntamos con ellos para compartir un taxi, y al final terminaron siendo nuestros compañeros en esta aventura de 2 días por la ciudadela.
Así, Paul,de Singapur, Bex y Mark, los rubios de Nueva Zelanda y nosotros nos fuimos juntos hasta Hidroeléctrica, el último punto alcanzable por vehículo en esa ruta.  Para nuestro asombro el taxi puede tener 5 pasajeros más conductor sin problemas,  Paul viajó en el maletero de un coche tipo break y no sólo eso, a mitad de camino el "amigo conductor" paró a recojer otra pasajera asidua ¡que también se metió en el maletero!  Descendimos en el pueblo donde hay una compañía hidroeléctrica, como su nombre indica, y desde allí comenzamos una caminata a la vera de las vías del tren, rodeados de una vegetación exuberante, de aproximadamente 2 horas, con destino final Aguas Calientes.
Llegando a nuestro destino se nos acercó Alexander, un adolescente peruano que se dedica a caminar las cercanías del pueblo captando clientes sin reserva de hotel y ofrecerles el servicio a un precio bastante aceptable (para el turista).  De modo que en su compañía llegamos hasta el hotel a media tarde. De allí con nuestros compañeros fuimos a cenar al mercado, en donde aprovechamos para comprar fruta y comida para uno de los días más importantes del viaje: la visita a Machu Picchu.


Día 8 - 22 Nov
MACHU PICCHU

Hay dos opciones para ir de Aguas Calientes a Machu Picchu, una es en bus a un precio desorbitado y otra es caminando por un camino de unas 2 ó 3 horas ascendiendo por escaleras rodeadas de vegetación.
La gente suele ir temprano, nosotros llegamos a las 6:15 aproximadamente, y estaba lleno de gente, aunque como la ciudadela se emplaza entre montañas, las más grandes son Machu Picchu (montaña vieja) y Huayna Picchu (montaña nueva) es una zona donde las nubes y la bruma tardan en levantarse unas cuantas horas. Para poder apreciar la zona despejada hace falta esperar hasta por lo menos las 10 de la mañana.
Ver el lugar es parase a pensar en el 1435 que el indio Pachaqutec mandó construir la ciudadela para el disfrute de unos pocos privilegiados a 2490 msnm.  Se sustentaban a base de la actividad agrícola de la ciudadela y de la producción de aldeas cercanas.  Cien años más tarde quedó en desuso por la guerra civil incica y la llegada de los españoles.  Llama la atención los adelantos en ingeniería y arquitectura.  Uno no se cansa de intentar entender cómo se ha hecho eso ahí, la manera tan perfecta de tallar los bloques de piedra, de encajarlos entre sí sin dejar luz ni para una hoja de papel entre ellos.
El día es largo y cansado, la visita uno la hace como quiere, se puede recorrer libremente, es muy grande la zona.  Las terrazas de cultivo rodean toda la ciudadela, la parte de los templos es la más impresionante, la parte de las viviendas tiene muchos detalles y escondites donde husmear.  Encontramos a Susi, una californiana de madre sevillana y estuvimos compartiendo impresiones y algunas almendras, descansando con una panorámica excepcional.  Una vez despejada la niebla de la zona decidimos subir a la montaña.
Se puede ascender a las dos montañas: Machu Picchu y Huayna Picchu (previo pago de un plus con la entrada) y ver desde arriba otra panorámica del lugar.  Nosotros subimos con Paul, quien nos dió una amena compañía entre escalones y escalones a Machu Picchu montaña, un tramo rompepiernas de casi 2 horas sólo de escaleras muy empinadas.
Arriba conocimos a Giulia, italiana de Cerdeña y Florian, su pareja, de Munich.  Con ellos compartimos un rato muy agradable mientras almorzábamos algo para homenajear a nuestro cuerpo después de semejante esfuerzo físico.
Hay otros recorridos sugeridos como el camino a Inti Punku (templo del Sol) que son unos 45 minutos caminando con una leve pendiente ascendente.  De camino a allí nos encontramos con lugar homenaje a Pacha Mama (Madre Tierra), donde los místicos se acercan hasta allí para hacer ritos paganos con frecuencia y depositar ofrendas como hojas de coca.
De vuelta, ya a media tarde y después de un día muy agotador, nos animamos con el descenso por las escaleras hasta el pueblo.  Una hora después con los gemelos agarrotados llegamos al destino final, que no era el hotel, sino un lugar donde compramos una cerveza heladita (como dice acá para referisre a la bebida fría) que bien nos merecíamos como recompensa.


Día 9 - 23 NOV
Vuelta a Cusco

Otra vez madrugamos y con los rubios y Paul, que ya éramos una piña, nos fuimos de caminata, taxi y bus, trayecto inverso pero idéntico al de ida, y llegamos a Cusco donde nos esperaba una odisea de la que no teníamos ni idea.
Bueno! antes decir que en Santa María nos quisieron engañar con el precio del bus (algo típico acá para el turista, con los horarios, etc.)
Llegados a Cusco teníamos que canjear en la terminal una boleta (voucher o resguardo de pago)por nuestros tickets anteriormente comprados en una oficina del centro de la ciudad con destino a Puno.  Pero, oh! sorpresa, en ventanilla (2 horas antes de la salida del bus y ya entrada la noche) nos dicen que la empresa intermediaria que nos vendió los pasajes no había hecho la compra de los pasajes correspondientes y por lo tanto nuestro resguardo de pago no tenía ningún billete asignado. Es más, nuestros asientos habían sido vendidos a otras personas.  Con los nervios de punta dada la impotencia de pensar en:
 A.) Pagar de nuevo y perder lo pagado, 
B.) quedarnoa allí atrasando nuestro itinerario un día para ir a reclamar, denunciar, golpear, o lo que haga falta
C.) seguir insistiendo.

Optamos por esta última y después de media hora de incertidumbre, con cara de poker nos dan los tickets para viajar.  Ellos lo habían arreglado pero los peruanos no se caracterizan por gesticular facialmente ni por alegrase, ponerse tristes, hablar claro, etc. así que no nos enteramos hasta minutos después.
Y por fin tomamos a autobús nocturno dirección Puno.


































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